Archive for the 'Cávilas y cábalas' Category

10
Jun
09

Saramago y la crisis del capitalismo

Hemos asistido a la caída de un capitalismo que parecía omnipotente y para la eternidad, de un mercado supuestamente regulador y distribuidor de beneficios y de democracia. Lo malo es que la izquierda no ha tenido ningún papel en todo esto. En este momento el capitalismo está tratando de salvar los muebles y algo más, y lo va a conseguir. Mientras, la izquierda no hace nada más que digerir su derrota histórica.

En ese particular pienso que Internet todavía no ha pasado de la superficie de un deseable debate de ideas. Todo el mundo cree tener ideas y se rechazan las jerarquías del pensamiento, que, querámoslo o no, existen. Así, el resultado es que todo es igual a todo, se confunden campos y el concepto de autoridad. Pero esta confusión es inicial, el caos es un orden por descifrar y también en la red llegará el día que se sabrá distinguir el trigo de la paja.

El gran peligro de nuestro tiempo es que, además de asistir a una progresiva degeneración de la democracia (me flagelo 50 veces cada noche porque no me estuve al loro para votar por correo en las elecciones europeas, pero no me he perdido ninguno de los últimos partidos del Barça) en manos del poder económico, es que este poder económico no coarte, como ya intenta, sino que logre meter mano en ese distinguir el trigo de la paja del que habla Saramago. Así que, camaradas, tomad vuestras hoces y martillos cibernéticos: vuestros blogs, vuestros teclados y vuestros enlaces, hagamos de la democracia cibernética algo útil y digno y consagrémosla a la revolución sin sangre a que está predestinada.

Fuente: Rebelión

03
Abr
09

Peregrinaje… Warren Zevon – Keep me in your heart for a while

Shadows are falling and I’m running out of breath
Keep me in your heart for awhile

If I leave you it doesn’t mean I love you any less
Keep me in your heart for awhile

When you get up in the morning and you see that crazy sun
Keep me in your heart for awhile

There’s a train leaving nightly called when all is said and done
Keep me in your heart for awhile

Sometimes when you’re doing simple things around the house
Maybe you’ll think of me and smile

You know I’m tied to you like the buttons on your blouse
Keep me in your heart for awhile

Hold me in your thoughts, take me to your dreams
Touch me as I fall into view
When the winter comes keep the fires lit
And I will be right next to you

Engine driver’s headed north to Pleasant Stream
Keep me in your heart for awhile

These wheels keep turning but they’re running out of steam
Keep me in your heart for awhile

Es jodido tener que abandonar a tu gente por un tiempo para llegar a otro lugar. Es jodido abandonar a la gente que conoces en ese otro lugar para volver a moverte. Uno ya no sabe cuál es su lugar sobre la faz de la tierra, pero eso no importa, cuando tienes un lugar en el corazón de algunas personas. Uno quisiera quedarse para merecerse ese lugar, pero a veces es momento de emprender el camino: el que no sabes a dónde lleva ni cuándo termina. Por eso, estos versos de Warren Zevon se me antojan en algunos momentos como un verdadero himno del peregrino.

08
Mar
09

Noam Chomsky y los intelectuales.

Sé que está muy feo refritar tanto actualizando tan poco como actualizo, pero esto de verdad que vale la pena colgarlo. No es que sea un gran amigo de Vicente Verdú y su fanatismo preceptivo sobre la novela, pero el tío se lo curra en general y paseando por su blog me he topado con esto.

30
Ene
09

Es fácil guardar silencio; pero qué difícil es, el silencio

Es tan fácil como esto; tan fácil como tomar la mano que se ofrece, es tan fácil como ser y estar, es tan fácil que sólo puede ser difícil no hacer. Es tan fácil como no decir nada, ¿lo lees? Callando dices, callando hablas, hablando callas y uno se queda suspenso, ¿qué vendrá después? Algo tan fácil como esto, algo tan tan fácil, algo tan fácil como equivocarse. Y lo que viene después, pues, fácil es. ¿Lees qué fácil, es?
Silencio.
¿Por qué? Por lo difícil que es. Difícil como equivocarse, difícil como fallar: veredicto, difícil; oh, sí, qué difícil es. Fallando fallo que las fallas las consume el tiempo, combustible de la vida y de la muerte, qué fáciles son ambas, fallo que su mecha es seca y las palabras húmedas: húmedas de sequedad.
Qué fácil es, ¿lees? Fácil es que pase el tiempo; difícil, que no lo haga, ¿por qué lo queremos detener? ¿Qué fallo pretendemos enmendar? Qué difícil es enmendar, con lo fácil que es fallar, qué difícil es volver a fallar, cuando has fallado, siendo tan fácil simplemente hacer; fallo, que fallo: nada es real si no lo escribes, y el resto es…

24
Ene
09

El retorno del friqui

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¿Puedo hablar en primera persona? ¿Lo merezco? Por si acaso, lo explicaré en tercera persona. Como todos sabemos, los friquis dominarán el mundo. Como no todos saben, eso no es una broma. Es alentador saber que los friquis existen, que siguen existiendo, que seguirán existiendo.
Es alentador que en un mundo de codicia y de instintos desatados y necios, exista gente genuinamente dedicada al hedonismo intelectual. El freak no suele tener vida sexual, es cierto. Preguntadle a cualquier gurú, a cualquier conocedor de las doctrinas espirituales de cualquier lugar del mundo, y, en términos generales, todos coincidirán en dos cosas: una, que los ciudadanos de Occidente viven encerrados en una rutina de hábitos mecánicos, y dos, que la raíz de la mecanicidad es el impulso sexual. A menudo el freak vive liberado, en medida de lo posible, de esa cadena, de toda la espiral dislocada y disparatada que emerge de lo que simplemente es un mete-saca al que se le da un valor social propio del chimpancé y de otros hermanos nuestros primates. El concepto de macho alfa, de orangután entre los hombres, necesita asimismo de una hembra supeditada para cobrar sentido. Una hembra cuyo cometido es aparearse con y parir nuevos machos alfa. Pero el ser humano goza de un estado nuevo en el reino animal, de la conciencia de sí, del espíritu, el mundo interior, la vida espiritual. En ella, lo masculino y lo femenino sólo pueden entenderse como cualquier dualidad esencial humana; tal vez sea ésta, de hecho, la primigenia y arquetípica dualidad humana. ¿De qué dualidad hablo? Del yin y el yang, my friend. Pero vivimos en una dualidad que nos interpreta como animales, entre los cuales el macho es el eje y la hembra su origen y su destino, pero no es nada en sí misma. Lo cual es innatural, porque lo natural en un ser espiritual es reconocer la dualidad espontánea en lugar de fabricar una idea y responder a ella ciegamente.
¿Recordáis la historia del experimento con los monos, la escalera, la banana y el chorro de agua? Por si acaso, os la refresco. Dicen (yo creo que no es cierto, pero no importa, porque la historia es igualmente iluminadora) que se realizó un experimento, en el cual se dispuso una escalera con una banana en lo alto en una sala donde se agrupó a varios primates para que convivieran en plan Gran Hermano. Si la banana era desplazada de su lugar por alguno de ellos, un chorro de agua importunaba a todos los demás. Lo que sucedía era que, conscientes de ello, los monos no permitían que ninguno subiera las escaleras, para evitar ser molestados por el agua. Entonces, se sustituía a un miembro de la comunidad por otro nuevo. El recién llegado, inocente, intentaba acceder a la banana, pero era detenido por el resto de la comunidad, y además, según cuentan, de un modo bastante expeditivo y violento. Sucesivamente, se iban sustituyendo a todos los miembros por otros nuevos. Cuando el último mono fue sustituido, fue desactivado también el mecanismo que relacionaba la toma de la banana con el chorro de agua. Pero, de todos modos, el acceso continuaba a la banana continuaba  siendo un tabú.  Ninguno de los miembros sabía por qué. Simplemente aprendieron que la comunidad funcionaba así y se limitaron a reproducir este comportamiento. Y eso es lo que sucede con el patrón sexual patriarcal, o machista, como se quiera llamar. Nos identificamos con los animales salvajes, y a su naturalidad espontánea le imponemos el corsé de nuestras estructuras mentales.
Cuando la sociedad global humana evolucione, el día que el mono sea mono y el humano sea humano, que el hombre identificado con el mono sea una irrisión o una vergüenza dolorosa para el espíritu humano, entonces, los freaks dominarán el mundo, y demostrarán que el hedonismo intelectual no es sino la más sofisticada de las conductas del reino animal y probablemente de todo el cosmos, y que su dolorosa renuncia a la sexualidad, paralelamente a su marginación, es una demostración de poder, y de superioridad.
Puede decirse, entonces, que el freak es un genio: vive adelantado a su tiempo; a costa de un enorme sacrificio, cultiva su espíritu en un mundo regido por las leyes del instinto animal. Y lo hace del modo más legítimo; sin un fin productivo: simplemente, fluye, persiguiendo el goce estético de la inteligencia. ¿Por qué, entonces, habiendo tantos friquis, hay tan pocos genios? Porque el genio, realmente, necesita ser doblemente genio: en primer lugar, ser un freak, y en segundo, a pesar de ello, ser capaz de intervenir efectivamente en un entorno que repele el talento y la inteligencia. Nuestros genios son doblemente genios. Y, nuestros friquis, son los genios, los adalides del futuro, quienes viven con su reloj biológico cinco minutos adelantado al resto de la humanidad, esperando a que ésta despierte, para dominarla.

22
Ene
09

Bruce Lee

«El vacío es lo que hay justo en el centro entre ‘esto’ y ‘aquello’. El vacío lo incluye todo, careciendo de contrario -no hay nada que excluya o a lo que se oponga. Es un vacío vivo, porque todas las formas proceden de él y aquél quien jamás realiza el vacío está lleno de vida y fuerza y del amor por todas las cosas.»

19
Ene
09

Extracto de «La vía del Tarot», de Alejandro Jodorowsky

«El ser humano actual puede ser comparado a un contenido maravilloso encerrado en un continente enfermo. Tiene límites que defiende tenazmente porque, aunque dolorosos, está identificado con ellos. Desde la infancia su mente ha sido poblada con ideas locas. (…) Dice tener el corazón vacío para ocultarse que está lleno de rencor. Vive separado de los otros, rechaza los sentimientos sublimes, desvaloriza su capacidad de amar y ser amado, inhibe su capacidad sexual o la exacerba, despreciándola. Ha perdido fe en su creatividad, se avergüenza de los propios deseos. Reduce su infinita capacidad de movimientos corporales a un pequeño número de gestos cotidianos. Su rigidez es el resultado de prejuicios implantados por una moral que antaño fue religiosa.
El consultante se siente culpable de sus actos, deseos, sentimientos, pensamientos. Esta culpabilidad le permite afirmar que lo que le sucede es un justo y obligatorio castigo. O bien se denigra sin cesar creyendo, por carencia de valores, no merecer emerger del sufrimiento. O justifica sus errores dando excesivas y a veces ingeniosas explicaciones, sin nunca esforzarse por cambiar. O desea amar, desea crear, desea osar, desea imaginar, desea interminables cosas sumido en la inactividad del desear desear. O, con impotencia, ansía destruir lo que le molesta, eliminar a quienes lo han herido, vengarse, para terminar destruyéndose a sí mismo. O bien se envicia en la actividad sexual sin que ninguna pareja logre satisfacerlo por completo. O necesita como una droga la notoriedad y sufre por no tenerla o por soportarla, lo que lo convierte en un sordomudo psicológico que gira dolorosamente alrededor de sí mismo. O se comporta como un crítico despiadado, un juez permanente, incapaz de reconocer un valor ajeno, lo que le obliga a comprarse obsesivamente con los otros, rebajándolos para él poder asegurarse de su valor. O bien, por miedo a la transformación, se niega a incorporar nuevos conocimientos, adula su propia ignorancia, niega por principio: es la persona del «no» y del «pero».
Por otra parte, el consultante concibe un espacio habitable basado en la idea de la propiedad privada. Lo han acostumbrado a vivir en exiguos metros cuadrados, con muros rectos, dentro de cubos. Eso le crea una resistencia al infinito. No puede aceptar que vive en el cosmos. Confunde hogar con cárcel…»

19
Ene
09

XII – LE·PENDU

histrion

Se me han roto las gafas…

Otra vez. Mejor, así paso menos rato en el ordenador.

Paciencia, calma, instrospección, espera.

27
Dic
08

Canciones

Algunas canciones son para uno como el jilguero entre las ramas, el estanque entre las rocas o el sol entre las nubes. Como esos pensamientos de simultaneidad, en los que uno siente no con envidia sino con alivio que en alguna parte del mundo hay un bebé que nace entre sonrisas, un joven derrotado que levanta el puño con fuerza, una pareja de enamorados; en fin, todas esas cosas con las que empieza la película Amélie, ese conocimiento disgregado y sincrónico que constituye nuestra cultura. Algunas canciones nos consuelan por el solo hecho de existir, porque el mundo conoce nuestro sentimiento, porque nuestro sentimiento está en el mundo, porque podemos buscar en el mundo nuestro sentimiento, saber quién somos, que la gente sepa quién somos; ser. Si ser es lucir una máscara, ya sea cómica o trágica (en el sentido griego de tales términos, en sus raíces literarias), si ser respetable es saber elegir la máscara que procede, una adecuación carnavalesca a nuestras circunstancias y las demandas de las representaciones sociales. Hubo un tiempo en que podría haber hablado de contextos sociales. Pero, ¿cómo se le puede llamar contexto a esto? Son conimágenes, concurrencias gráficas salpicadas de palabras, aderezadas con palabras, remachadas con palabras; son contenidos oníricos prácticamente mudos, son los sueños de Tarzán en la jungla de cristal. Mas basta de nostalgias por tiempos no vividos, yo no soy el pasado, soy el futuro. Pero, ¿qué se puede hacer, escribiendo, sino lamentar que ya no hay palabras en el mundo para este ser? ¿Puede una mente acostumbrada a los quince minutos de concentración, entre pausa publicitaria y pausa publicitaria, llegar a concentrarse el tiempo que requieren palabras que hablen en contextos y no en conimágenes? Escribir en Madrid ya no es llorar. Escribir en Occidente, es llorar. Las máscaras trágicas ya no interesan a nadie, aunque Delfos ha establecido franquicias en cada esquina, como Starbucks. Las palabras sudadas huelen mal sin un desodorante 24 horas. Las palabras reídas deleitan, mas no curan muchos males, y eso es poco provecho cuando todo el mundo es susceptible de que en algún lugar u otro digan que es un enfermo. Somos todos unos enfermos. ¿Podrá decir nadie, de las letras que yo sangre, que son como el jilguero entre las ramas, el estanque entre las rocas o el sol entre las nubes?

20
Dic
08

Feliz día

Resulta ser que hoy cumplo 25 años. Es una bonita cifra, pero en fin, ayer tenía 24 años y 364 días y hoy tengo 24 años y 365. Me gustaría ponerme estupendo y hacer una buena revisión de lo que ha sido mi vida pero es algo que hago tan habitualmente en otros momentos que ahora justamente no tengo el menor prurito de hacerlo, con salvedad de la efeméride. Con todo, tengo un par de comentarios al respecto de los 25: 1) ya no quedan excusas para no hacerse adulto, ser responsable y todo ese rollo (contrastado con otros miembros del Club Cuarto de Siglo), y 2) llegados a este punto se acabaron los vicios destructivos, o por lo menos ése es el intento; abandono el cigarrillo, aunque alguno que otro sé que seguirá cayendo porque son demasiados fotogramas de James Dean, Marlon Brando, Clint Eastwood, y un larguísimo etcétera que ahora cierra David Duchovny.

Como homenaje a mis últimos meses de fumador os remito a estos vídeos de The IT Crowd pertenecientes al capítulo 3 de la segunda temporada, donde se parodia el actual ostracismo del fumador usando la estética soviética; éstos dos son los que he encontrado pero hay más historia y es para partirse de risa. Feliz día, que lo disfrutéis, y que cumpláis muchos más días.




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Cinco libros

La Historia Interminable, de Miachel Ende
El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien
Tres amigos, de Myron Levoy
La ley de la calle, de Susan E. Hinton
Volverás a Región, de Juan Benet