When people run in circles its a very,very mad world
Gretchen Ross: ¿Y, si pudieras viajar atrás en el tiempo, no cogerías todas las horas de dolor y tristeza y las cambiarías por algo mejor?
Donnie Darko: ¿Como imágenes, por ejemplo?
Gretchen Ross: Sí, como una puesta de sol hawaiana o el Gran Cañón; cosas que te recuerden lo bonito que es el mundo.
Sería maravilloso si pudiera viajar al pasado y cambiar todas las horas de dolor y tristeza por algo mejor. Pero, por más que lo intento, siempre que viajo atrás en el tiempo sólo consigo cambiar las cosas que me recordaban lo bonito que es el mundo por dolor y tristeza.
¿Alguien sabe viajar al presente? ¿A alguien se le ocurre algún sitio al que merezca la pena llegar, en un futuro, en este mundo de locos?
No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma
Claudio Naranjo
Bienaventurados sean los locos -los ascetas y los proscritos- porque ellos tienen acceso al sentido de las cosas y, por consiguiente, a la lucidez, en tanto que los cuerdos de un mundo de locos, se empeñan en renunciar al sentido profundo de la realidad y a la inmensidad del cosmos para darse de cabezazos como sonámbulos contra las paredes toscamente acolchadas de un reducto cuya vida darían por conservar.
En general, la actitud que tienen las culturas primitivas frente a la psicosis es un poco como en la Edad Media: el loco es santo, es alguien que tiene contacto con algo muy respetable. Se lo manda a la selva: que se retire, que viva su locura hasta que salga de ella, porque se piensa que la psicosis es una cosa que tiene su recorrido y que se sale de ella -si no se la interfiere como nosotros, que le tenemos tanto miedo-. Gran parte del fenómeno psicótico está hecho del miedo a la psicosis: es un estar atragantado entre dos mundos, no ser capaz de afrontar el abismo o las verdades últimas de la existencia, estar allí cogido en un mundo que no es nada, en un limbo entre vivencias profundas y la insuficiencia de lo cotidiano.
Claudio Naranjo